Artículo | 05 Jun, 2024

Conocimiento y acción para la restauración de los ecosistemas y los paisajes de Mesoamerica y el Caribe

Mediante herramientas metodológicas, datos y acciones concretas en los territorios, desde hace más de una década la UICN apalanca los esfuerzos de los países de la región hacia el cumplimiento de sus metas y compromisos en el marco del Desafío de Bonn, del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración y del Marco Mundial de Biodiversidad.

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Siembra de mangle en el Área Protegida el Jicarito, Golfo de Fonseca, Honduras. La Restauración Ecológica de Manglares (REM) es el proceso de rehabilitar y recuperar los ecosistemas de manglares que han sido degradados o destruidos, buscando restablecer la estructura, función y biodiversidad de estos ecosistemas vitales para la protección costera, la captura de carbono, y el sustento de diversas especies marinas y terrestres.

Photo: @Fabiola Cruz/UICN

San José, 05 de junio de 2024. Bajo el lemaNuestras tierras. Nuestro futuro”, el Día Mundial del Medio Ambiente 2024 se centra en la restauración de la tierra y en la resiliencia a la sequía y la desertificación.

En todo el mundo, más de 2.000 millones de hectáreas de tierras están degradadas, y se calcula que cada año se pierden unos 12 millones de hectáreas de tierras adicionales debido a la degradación.

Este fenómeno afecta a 3.200 millones de personas, es decir, al 40% de la población mundial, perjudicando de forma desproporcionada a las comunidades rurales, los pequeños agricultores y las personas en situación de pobreza, y poniendo en riesgo su seguridad alimentaria. Para 2030, a medida que se agrave la crisis climática, la sequía, la degradación de las tierras y la desertificación podrían obligar a emigrar a 135 millones de personas.

 

Restauración Área de restauración entre el Parque Nacional El Imposible y los humedales de Barra de Santiago, El Salvador, mediante Sistemas Agroforestales y Silvopastoriles. Los Sistemas Agroforestales (SAF) combinan el cultivo de árboles o arbustos con cultivos alimenticios, ya sea al mismo tiempo o en diferentes momentos. Esta técnica busca mantener una producción constante y utilizar prácticas d emanejo compatibles con las habituales de la comunidad local. Los sistemas silvopastoriles combinan la ganadería con la actividad forestal para aprovechar las interacciones positivas y reducir las negativas. Photo: @Pablo Arturo López Guijosa / UICN

 

Compromisos internacionales para la restauración de los ecosistemas

Para hacer frente a la vertiginosa perdida de ecosistemas debida a la degradación, en 2011 la UICN y el Gobierno de Alemania lanzaron el Desafío de Bonn, una iniciativa voluntaria global que busca impulsar las acciones de restauración de paisajes. En el momento de su lanzamiento, la meta era restaurar 150 millones de hectáreas de tierras deforestadas o degradadas para el 2020. Actualmente, 74 entidades procedentes de 61 países se han comprometido a restaurar 350 millones de hectáreas para 2030.

A raíz de esta iniciativa, en 2019 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó la década de 2021-2030 el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, como un llamado a proteger y recuperar los ecosistemas a escala mundial, en beneficio de la humanidad y la naturaleza.

Asimismo, la meta 2 del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, adoptado en 2022, plantea que para 2030 al menos el 30% de los ecosistemas terrestres, costeros y marinos degradados deberán estar en proceso de restauración.

 

Informar, influir e implementar: las esferas de acción de la UICN al servicio de la restauración

Desde hace más de una década, la Oficina Regional para México, Centroamérica y el Caribe de la UICN, apoya a los países de la región en la elaboración de planes de acción, programas y estrategias de restauración y en el reporte de los avances de cumplimiento de sus metas nacionales y compromisos internacionales.

Dos herramientas clave para brindar este apoyo han sido la Metodología de Evaluación de Oportunidades de Restauración (ROAM, por sus siglas en inglés) y el Barómetro de la Restauración, dos herramientas que apoyan a los tomadores de decisiones en la implementación de políticas efectivas y en la asignación, sustentada en evidencia, de recursos para la restauración.

La Metodología ROAM, desarrollada en conjunto con el Instituto de Recursos Mundiales (WRI), permite a los países identificar y analizar el potencial de restauración del paisaje y ubicar áreas de oportunidad específicas a nivel nacional y subnacional. Entre 2014 y 2017, la Metodología ROAM fue aplicada en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, la Península de Yucatán (México) y la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte de Nicaragua (RACCN). En 2021, la herramienta fue aplicada también en Belice.

Por su parte, el Barómetro de la Restauración, creado en 2016 principalmente como un protocolo de seguimiento para los países participantes en el Desafío de Bonn y actualmente respaldada por más de 40 países a nivel global, es una herramienta que permite a los gobiernos monitorear y registrar el avance en sus objetivos de restauración en los ecosistemas terrestres, costas y aguas continentales. La herramienta permite a los usuarios registrar políticas, herramientas de planificación, seguimiento y financiación relacionados con la restauración, así como registrar la superficie en proceso de restauración y sus impactos en el clima, biodiversidad y beneficios socioeconómicos.

Entre 2014 y 2020, la UICN ha apoyado y acompañado la aplicación del Barómetro de la Restauración en Costa Rica, El Salvador Guatemala y México, brindando asistencia técnica y fortalecimiento de capacidades para el uso de la herramienta. 

Restauración con especies nativas Reforestación de cuencas con especies nativas en Guatemala. La reforestación con especies nativas consiste en restaurar un área plantando árboles y vegetación originarios de la región, con el objetivo de recuperar la biodiversidad y las funciones ecológicas perdidas debido a actividades humanas como la deforestación. Esta práctica aumenta la diversidad de flora y fauna, mejora la resiliencia del ecosistema y proporciona servicios ecosistémicos como la purificación del agua y el control de la erosión. Photo: @Lucia García/UICN

 

Adicionalmente, a través de su cartera de proyectos, la UICN apalanca las acciones de restauración implementadas en los países de la región.

En Guatemala, a través de la implementación de medidas de Adaptación basadas en Ecosistemas (AbE), desde 2020 el proyecto Altiplano Resiliente ha restaurado cerca de nueve mil hectáreas (8 871.40) en el altiplano guatemalteco, una de las zonas más vulnerables al cambio climático de la región. Entre las acciones implementadas destacan sistemas agroforestales (SAF), plantaciones forestales y manejo de bosques naturales.

En el marco del Programa de Biodiversidad Enlazando el Paisaje Centroamericano, 4 000 hectáreas en 5 diferentes paisajes de la región están en proceso de restauración mediante la aplicación de sistemas agroforestales y silvopastoriles, la reforestación con especies nativas y la Restauración Ecológica de Manglares (REM).

A través del Programa Escalando Medidas de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) en la América Latina rural (EbA LAC), se han apoyado a un total de 1740 beneficiarios de sistemas agroforestales en los departamentos de Quiche y Chimaltenango (Guatemala), apoyo que incluye la dotación de semilla forestal para la restauración de 212 hectáreas y el apoyo a 3 viveros municipales con una estimación de producción de 75 mil plantas. En Costa Rica, el proceso de implementación de medidas AbE incluye acciones de manejo sostenible de pasturas, gestión hídrica y acciones de restauración en 22 fincas ganaderas (1075.21 has).

En la isla caribeña de San Cristóbal y Nieves, en colaboración con la Unidad Forestal del Departamento de Medio Ambiente y mediante alianzas con el grupo comunitario local Girls Care y el Club de Leones, el Proyecto Mejorando la Gestión Ambiental a través de la Gestión Sostenible de la Tierra, está desarrollando un proceso de restauración de áreas en elevaciones alta y áreas secas, por un tal de 500 hectáreas, lo cual representa casi el 2% de la superficie terrestre total de la isla. 

 

Estos esfuerzos de restauración no solo revitalizan paisajes degradados, sino que también mejoran la calidad de vida de las comunidades locales y crean una defensa más efectiva contra los efectos del cambio climático.

Con miras al 2030, es crucial mantener el impulso y continuar colaborando a nivel regional y global para asegurar que los ecosistemas restaurados sigan proporcionando beneficios esenciales para las personas y el planeta. La restauración efectiva de los ecosistemas es una inversión en nuestro futuro común y un paso fundamental hacia un mundo más sostenible y resiliente. Somos la #GeneraciónRestauración.