Artículo | 26 Feb, 2020

Impulso a la producción de miel orgánica de manglar logró que 32 familias de Barra de Santiago diversifiquen sus fuentes de ingreso

La economía de estas familias, tradicionalmente dedicadas a la pesca y la extracción de cangrejo azul, se complementa ahora con la producción de miel, un emprendimiento de biocomercio impulsado por el Proyecto Regional de Biodiversidad Costera.

San Salvador, 25 de febrero, 2020 (UICN). Alrededor de 125 personas de las comunidades El Embarcadero, El Mango, Los Limones, El Ceibillo, La Chácara y Costa Brava se benefician de un nuevo emprendimiento que busca diversificar las fuentes de ingresos en las zonas marino-costeras de la cuenca baja del río Paz, en El Salvador.

Gracias a un proceso colaborativo que ha sumado los aportes técnicos y financieros de diversas entidades, seis grupos de la Asociación Probosque, a cargo de Planes Locales de Aprovechamiento Sostenible (PLAS), decidieron apostar por la apicultura y aprender de las abejas y la producción de miel orgánica vinculada al ecosistema de manglar, como una alternativa económica, pues tradicionalmente se han dedicado a la pesca y la extracción de cangrejo azul.

De la mano de la Escuela Nacional de Agricultura (ENA) "Roberto Quiñonez ", 7 mujeres y 13 hombres se certificaron técnicamente como apicultores, en el marco del Proyecto Regional de Biodiversidad Costera y bajo la implementación local de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).

Al principio del proceso, el Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (FIAES), mediante un proyecto implementado por la UNES, donó máquinas, herramientas y materiales, entre ellos 30 colmenas completas, que hoy, con el acompañamiento técnico del Proyecto Regional de Biodiversidad Costera, crecieron a 35. Incluso se espera que, mediante el Programa de Pequeñas Donaciones que impulsa este proyecto regional, puedan incrementarse a 50 colmenas por grupo.

Los seis grupos de apicultura han puesto a prueba los conocimientos adquiridos en el proceso de formación “Manejo de apiarios y producción de miel de abeja”, donde aprendieron los conocimientos y técnicas básicas para la producción, revisión, mantenimiento, control de plagas y enfermedades, cosecha, post cosecha, procesamiento y envasado de la miel de abeja.

En menos de un año, cada grupo instaló su apiario y ya han efectuado dos cosechas, para una producción total de casi 130 litros, que fueron colocados rápidamente en el mercado local, generando así los primeros ingresos de esta alternativa económica.

“Cuando iniciamos no sabíamos nada de abejas, teníamos miedo, solo vivíamos del cangrejo, esperábamos hasta seis meses para tener ganancias. Este proyecto ha sido bendición, cambiamos nuestro pensamiento, ya no solo pensamos en extraer cangrejo sino en otro oficio que es la apicultura”, dice José Francisco Pineda, apicultor e integrante del grupo PLAS de Costa Brava.  

Para Yessica Carolina Campos, joven de 24 años de El Embarcadero, “ha sido una experiencia única, maravillosa, principalmente porque hemos aprendido sobre la reproducción de abejas, las colmenas, la importancia de esos pequeños animalitos que tanto ayudan en el mundo, porque sin ellos no habría polinización”.

Con la generación de alternativas productivas de biocomercio, se pretende reducir la presión sobre los recursos marino-costeros y generar nuevas prácticas en la gestión de los bosques de manglar.

Biodiversidad Costera, que se realiza gracias a la cooperación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), trabaja por la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad de ecosistemas marino-costeros en Centroamérica, mediante el desarrollo de iniciativas productivas de valor que propician el arraigo y fortalecen la capacidad de auto-gestión local, bajo el consorcio implementador UICN-GOAL.

Más información:

Evelyn Vargas
Especialista en comunicación
Proyecto Regional de Biodiversidad Costera
UICN