Artículo | 21 Abr, 2017

Explorando la eficacia de la Adaptación basada en Ecosistemas en el campo

La UICN realiza una investigación en Costa Rica y El Salvador para entender la efectividad de las medidas de Adaptación basadas en Ecosistemas. Esto como parte del proyecto “Fortaleciendo la evidencia e informando el diseño de políticas implementado por IIED, UICN y UNEP-WCMC en 12 países del mundo”.

San José, Costa Rica, abril 2017. La Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) utiliza la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas para ayudar a las personas a adaptarse a los efectos adversos del cambio climático. La AbE pone a las personas en el centro y utiliza métodos participativos y culturalmente adecuados para abordar los retos, pero con un mayor énfasis en las soluciones ecológicas y naturales.

Las entrevistas en campo comenzaron en el mes de marzo con una gira a varias comunidades de la Cuenca Binacional del río Sixaola (Costa Rica-Panamá) y en la Cuenca Binacional del río Paz (El Salvador-Guatemala), territorios donde se están implementando medidas de Adaptación basadas en Ecosistemas. El fin de la gira fue recolectar  evidencias de la eficacia de la  AbE, que permitan posteriormente informar los procesos nacionales e internacionales de planificación para la adaptación. Las medidas evaluadas son parte de los planes de adaptación implementados con el acompañamiento de UICN y la Unidad Ecológica Salvadoreña UNES en El Salvador, así como  el Corredor Biológico Talamanca Caribe en Costa Rica.

Para obtener información al respecto se aplicaron entrevistas a tomadores de decisión clave, en particular los relacionados al Comité Nacional de Adaptación al Cambio Climático (o de un arreglo institucional similar), a funcionarios clave de gobiernos y/o autoridades locales que están involucrados con el tema (o que toman decisiones a nivel local);a los organismos responsables de la ejecución del proyecto en el territorio, al personal de campo de la UICN y a comunidades locales que participaron en el proyecto ya que representan los principales beneficiarios del mismo.

Para  analizar la eficiencia de la AbE se tomaron en cuenta los siguientes cuatro aspectos principales: efectividad para las sociedades humanas, efectividad para los ecosistemas, efectividad financiera y temas políticos e institucionales.

La  efectividad para las sociedades humanas, permitirá conocer si las medidas de AbE, que se ejecutan en los territorios, han mejorado la resiliencia, la capacidad adaptativa y por ende reducido la vulnerabilidad frente al cambio climático, y como estas medidas han ayudado a los más vulnerables (por ejemplo, mujeres, niños, grupos indígenas/locales)  y en cuanto tiempo se están logrando los beneficios.

Además se obtendrá información sobre los co-beneficios sociales de las medidas de AbE y el qué rol tuvieron los grupos de interés a través de procesos participativos y los conocimientos locales e indígenas.

En relación a la efectividad para los ecosistemas se cubren aspectos como qué servicios ecosistémicos fueron restaurados, mantenidos o reforzados, si ha mejorado la resiliencia de los ecosistemas, además de sobre qué escala geográfica y en el tiempo se dieron estos cambios.

Con la efectividad financiera se busca entender cuál es la costo-efectividad de las medidas de adaptación si es  económicamente viable a largo plazo y  cuáles son los beneficios económicos.

Con la investigación se entenderán también los temas políticos, institucionales y sociales, que influyen en la implementación de las iniciativas y cómo estos desafíos podrían ser superados para identificar oportunidades para el escalamiento a través políticas de las medidas de AbE y Eco-DRR.

Las entrevistas fueron aplicadas a 31 personas en total (quince en el Salvador, doce en Costa Rica y cuatro en Panamá).