Los resultados obtenidos en campo y presentados en un informe publicado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) cuantifican por primera vez el impacto de la electrocución en tendidos eléctricos como una grave amenaza para la conservación de las poblaciones de rapaces en el Norte de África. El informe muestra el elevado impacto en poblaciones no sólo de Marruecos, sino también de la Península ibérica, y que afectan a un gran número de especies, entre ellas, la muy amenazada águila imperial ibérica.

Este informe ha sido posible gracias al trabajo conjunto de expertos españoles y marroquíes, con representantes de la Junta de Andalucía y la ONG AMUS por el lado español, y miembros de la ONG GREPOM/BirdLife en Marruecos. El equipo también contó con el apoyo de agentes y técnicos del Alto Comisariado de Aguas y Bosques de Marruecos. Esta colaboración ha permitido la identificación por primera vez en el Norte de África de un punto negro para la mortalidad de rapaces por electrocución.

Bajo la coordinación del Centro de Cooperación del Mediterráneo de la UICN, en enero de 2016 se llevó a cabo una expedición en la región de Guelmim-Oued Noun, al sudoeste de Marruecos. Ya en octubre de 2015 este área había sido escenario de la electrocución de tres águilas imperiales ibéricas, una de las cuales portaba un emisor satelital de la Estación Biológica de Doñana, adscrita al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EBD-CSIC), dentro del programa de reforzamiento de la población gaditana de la especie que lleva a cabo la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía (CMAYOT).

Los resultados obtenidos confirman la gravedad de la amenaza ya que se han localizado 70 aves electrocutadas de siete especies distintas en una distancia relativamente pequeña, casi 60 km. Sesenta y seis de estas aves son rapaces e incluyen 4 águilas imperiales ibéricas (Aquila adalberti), 5 águilas reales (Aquila chrysaetos), 40 águilas-azor perdiceras (Aquila fasciata), 12 busardos moros (Buteo rufinus), 4 halcones borníes (Falco biarmicus) y 1 búho desértico (Bubo ascalaphus). Las demás son 4 cigüeñas blancas (Ciconia ciconia). 

La alta incidencia de la electrocución se debe a que esta región, en especial la que rodea al valle del Oued Boussafane, constituye un área de dispersión y asentamiento temporal de poblaciones no adultas de grandes y pequeñas rapaces. La zona se caracteriza por una alta abundancia de presas, falta de posaderos naturales y alta densidad de apoyos de tendidos eléctricos.

“La mortalidad por electrocución en esta zona alcanza valores similares a los que produjeron el declive de las poblaciones reproductoras de grandes rapaces en otras regiones del mundo y puede estar afectando la dinámica poblacional y la conservación de rapaces no solo marroquíes, sino también europeas de águila imperial ibérica y águila-azor perdicera”, comenta Alfonso Godino, miembro del Grupo de especialistas de buitres de la UICN y autor principal del estudio.

“Los resultados obtenidos permiten recomendar el aislamiento urgente de los tendidos identificados dado que los valores registrados, comparados con otros trabajos similares, muestran lo que podría ser uno de los mayores índices de mortalidad de aves rapaces por apoyos registrado hasta la actualidad en el Mediterráneo”, comenta Violeta Barrios del Centro de Cooperación del Mediterráneo de UICN.

El Centro de Cooperación del Mediterráneo de la UICN seguirá fomentando la colaboración entre expertos y gestores de España y Marruecos para que se adopten medidas correctoras en las líneas más peligrosas, así como para la identificación de nuevos puntos negros para la conservación de rapaces migratorias amenazadas.

El informe se ha dado a conocer en el marco del Congreso Mundial de la Naturaleza de UICN que se celebra esta semana en Hawaii.

La publicación ha sido posible gracias al apoyo financiero de la Fundación MAVA y puede consultarse en:

https://portals.iucn.org/library/node/46262